martes, 28 de junio de 2011

RESPETO A LA DIVERSIDAD SEXUAL

EL CORREO ILUSTRADO   LA JORNADA
Hace unos días la ONU, a través de su Consejo de Derechos Humanos, emitió la resolución de instar a las naciones del mundo a detener la discriminación contra los homosexuales, lesbianas y transgéneros, noticia que a mi parecer se refiere a un hecho trascendente en el ámbito de las relaciones humanas y de la convivencia social armónica entre los individuos y grupos sociales, diversos en cuestiones de personalidad y conductas psicosociales, que marca el inicio de una nueva era de respeto y tolerancia a las diversidades de orientaciones y preferencias sexuales, lo cual es una realidad inocultable e inevitable que la ciencia supone como parte de la condición biofísica, genética y neurofisiológica de la vida animal.
Sin embargo, a pesar de lo superlativo del acontecimiento, algunos medios difusores apenas lo mencionaron y otros de plano ignoraron el evento; y es que ante la continua y penosa pérdida de capacidad de asombro y de maravilla de la sociedad humana por la masificación de su vida sociopsíquica y la terrible alienación económica y tecnológica que padecemos, vivimos creyendo en verdades absolutas y definitivas, creemos que nuestras percepciones de la realidad son las únicas y que como somos tienen que ser los demás: la intolerancia en su máxima expresión.
Por fortuna existen dos grandes herramientas creadas por el género humano que nos muestran cuan equivocados estamos y que la realidad no siempre es como la percibimos, que hay explicaciones de las causas, tanto de las más cercanas como de las que se encuentran lo más alejadas de las experiencias vivenciales y que sólo son encontradas con el más elevado raciocinio: las ciencias y la filosofía.
Ante el avance de una realidad inocultable e imparable de cientos de millones de personas en el mundo con orientaciones y preferencias sexuales no heterogéneas y que este hecho real no es reciente sino tan antiguo como la misma humanidad –incluso grandes personajes reconocidos e inmortalizados por su quehacer social no han sido heterosexuales– las investigaciones científicas en los últimos diez años se intensificaron en el estudio del fenómeno gay. Se descubrieron y comprobaron cosas muy simples y entendibles para el pensamiento científico, pero asombrosas para el mundo ordinario, como que la homosexualidad como “orientación” es obra de la naturaleza, que es un fenómeno natural del reino animal, que tiene funciones ligadas a la evolución, a la reproducción y a la conservación de las especies animales, que es genética y hereditaria, que viene con el nacimiento, que es neurofisiológica, y que hay variaciones en el cerebro de los homosexuales, es decir, que los cerebros no son iguales a los cerebros de los heterosexuales. Por mi parte, he podido observar y aplicar pruebas psicométricas e hipnosis profunda durante muchos años y me he encontrado con que los homosexuales por “orientación”, incluyendo a las lesbianas y otras formas de homosexualidad, tienen un cociente intelectual superior, y muy superior; poseen una gran imaginación abstracta y creativa, un lenguaje muy fluído, grandes habilidades para las ciencias exactas, las bellas artes, la política, la literatura, la poesía y la oratoria; son muy sociables, tienen un gran capacidad de empatía, comprensión y de amor; son ingeniosos, muy temperamentales y expresivos, y tienen grandes habilidades físicas y manuales.
Por lo pronto tenemos el deber irrestricto, igual como demandamos respeto para nosotros mismos, de respetar en todos los sentidos a estas personas, lo que implica aceptarlas como son, actuán y piensan. Debo agregar que por los resultados que está encontrando la ciencia, todos ellos vendrán a modificar muchos conceptos y juicios erróneos e incompletos de algunas ciencias como la sociología, la sexología, la psicología, la psicopatología, la psicología social, la ética y la ciencia jurídica, y modificarán el psicoánalisis freudiano y el neopsicoánalisis, la terapeútica psicoanalítica, el psicoánalisis humanista y la psicoterapeútica; pero fundamentalmente, en el contexto humano, desarrollarán el respeto irrestricto a la diversidad sexual.
David Barrera Canela

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