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A diferencia de países como Argentina y Colombia, México necesita consolidar sus demandas y necesidades al gobierno, para que se traduzcan en políticas públicas. Con 34 años de marcha gay, los grupos de diversidad sexual mexicanos siguen sin ponerse de acuerdo y esto es aprovechado por el gobierno para no hacer nada, aseguró el doctor en Ciencias Políticas y Sociales, Héctor Salinas.
En "Políticas de disidencia sexual en América Latina", el académico analiza este panorama a partir de las tres ciudades latinoamericanas más amigables para la no heterosexualidad. En su libro, que presentó recientemente en la librería La Jícara , de la ciudad, Salinas aborda a México, Bogotá y Buenos Aires, a partir de tres variables.
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